‘Sharenting’ responsable – uso de imágenes de menores en internet


El volumen de fotografías que los padres cuelgan de sus hijos en RRSS ha aumentado durante todo este tiempo y, en muchas ocasiones, el contenido no siempre es el adecuado. Un estudio reciente de la Universidad de Michigan recoge que el 56 % de los padres suben fotografías de sus hijos/as que podrían resultarles vergonzosas. Por ello, PantallasAmigas, en colaboración con la Agencia Española de Protección de Datos, ha recogido las medidas para hacer un sharenting responsable.

¿Qué es el sharenting?

El término sharenting se refiere a compartir imágenes online de hijos/as menores de edad por parte de sus padres. Su origen viene de la combinación de las palabras “share” que significa compartir y “parenting” que significa crianza.

¿Qué peligros puede suponer?

Se debe tomar consciencia de que al subir imágenes o vídeos de los hijos/as a Internet, se les está exponiendo a una serie de peligros, como son:

  • La falta de privacidad: Al compartir imágenes e incluso los datos de la ubicación permiten que otras personas ajenas al entorno cercano sepan dónde están los menores en todo momento. Además, se les va creando una huella digital que afecta a su privacidad.
  • El favorecimiento del ciberbullying: El contenido que se genera con relación al menor puede contribuir a afectar a su reputación, perjudicándole en el colegio o entorno social.
  • El acoso por parte de un adulto: Esta práctica recibe el nombre de ‘grooming’ que se utiliza para describir las prácticas online de ciertos adultos para ganarse la confianza de un/a menor fingiendo empatía, cariño, etc. con fines de satisfacción sexual y casi siempre para obtener imágenes del/a menor desnudo/a o realizando actos sexuales.

Para prevenir estos peligros, se deben tener en cuenta estas 10 razones y consejos para llevar a cabo un sharenting responsable:

  1. Los padres tienen la obligación de cuidar la imagen e intimidad de sus hijos y no el derecho de hacer uso arbitrario de ellas. No es recomendable crear una cuenta propia al menor, sino subir las fotografías en las RRSS de los padres y cerciorarse de que en las fotos donde aparezcan los menores, éstos estén siempre vestidos.
  2. El menor no gana nada con la publicación de las imágenes. Es aconsejable que los padres hablen con el menor y que este “censure” las imágenes que no quiera que sus padres compartan.
  3. Cuando los progenitores no forman pareja, el sharenting puede ser motivo de conflicto al tener cada progenitor criterios distintos sobre qué y cómo compartir imágenes.
  4. Es posible que los padres no sean conscientes de cómo se están difundiendo esas imágenes, al no saber gestionar y entender los cambios de gestión de privacidad de las redes sociales.
  5. Existen otras formas más seguras para compartir imágenes. Es necesario limitar con quién compartir la información y elegir la plataforma adecuada. Por ejemplo, si enviamos imágenes o vídeos a través de WhatsApp, hay que asegurarse que las personas a las que enviamos dicho contenido sean de confianza y no lo compartirán sin nuestro permiso.
  6. Habitualmente se comparte más información que la que se aprecia a simple vista. Una imagen inocente puede contener detalles de contexto importantes e incluso geolocalización. Es recomendable no dar la localización del menor, y en caso de hacerlo, se deben tomar precauciones.
  7. Al compartir las imágenes con otras personas, estas pueden publicarlas al creer que las imágenes no son tan privadas. Sin mala intención, de forma directa o indirecta, pueden expandir el alcance e incluso hacerlas públicas. Se aconseja compartir la información bajo el anonimato y pixelar las caras de los hijos/as para respetar su privacidad, sobre todo si son menores de edad.
  8. Lo que se publica escapa de nuestro control para siempre. Cuando algo aparece en una pantalla, es susceptible de ser capturado y reutilizado. Se recomienda activar las alertas de Google con el nombre del menor, para que avise a los padres de si aparece en alguna búsqueda de Google.
  9. Compartir imágenes de otras personas sin su consentimiento puede ser una infracción de la normativa de protección de datos. En el caso de querer publicar una imagen de un tercero, es necesario tener su consentimiento.
  10. En ocasiones extremas puede comprometerse la seguridad de miembros de la familia. En casos de victimización de menores de edad se dan amenazas sobre terceros que pueden llegar a cumplirse.

La mejor manera para una buena gestión al publicar imágenes de los hijos/as es preguntarse cómo se sentiría el hijo/a si en un futuro se tuviera que enfrentar a esa imagen subida a Internet y si esta podría dañar su autoestima.

El Equipo de PymeLegal.

*Fuente AEPD y PantallasAmigas